Mi madre me llama desesperada porque faltan regalos que comprar. ¡No tenemos tiempo! me dice y finalmente en eso se traducen estas fiestas: en un corre corre, en gastar más de lo que se puede y en agobiarse por hacer más comida de la que finalmente se puede comer. Y me pregunto ¿Es esa la Navidad que queremos para nuestros hijos e hijas? Mucha gente responde esta pregunta con un no rotundo pero se dice a si misma ¿y qué se puede hacer?. Otras personas terminan odiando la navidad y diciendose "Son fechas sin importancia".
Sin duda todas las opiniones son respetables pero creo que en nuestras manos está cambiar las cosas y crear la magia suficiente para que nuestros niños y niñas recuerden las navidades como simbolo del amor tan grande que les teníamos.
Pero ¿Cómo hacerlo? En este sentido Laura Gutman en su artículo "La Navidad Interior" nos da algunas claves para hacer estas fechas inolvidables para nosotros y para los más pequeños de la casa. Yo voy a seguir algunas de sus recomendaciones ¿y tú?
Pero ¿Cómo hacerlo? En este sentido Laura Gutman en su artículo "La Navidad Interior" nos da algunas claves para hacer estas fechas inolvidables para nosotros y para los más pequeños de la casa. Yo voy a seguir algunas de sus recomendaciones ¿y tú?
LA NAVIDAD INTERIOR por Laura Gutman
"Tal vez podamos volver a
cierta intimidad, reunirnos con pocas personas muy allegadas y regalar a cada
uno un escrito colmado de agradecimientos por cada una de las actitudes que han
tenido con nosotros. Si nos atrevemos
podemos ofrecer una poesía cariñosa. Incluso preparar la comida
preferida para algunos. O el pastel que más disfrutan otros. Y para los niños,
claro que habrá algo fuera de lo común, algo soñado, esperado, imaginado y en
lo posible no muy caro. Los niños tienen derecho a
recibir una carta llena de afecto de su madre o su padre. Unas palabras que
nombren lo orgullosos que sus padres están de él. Y una hermosa carta escrita por
Papá Noel felicitándolos por sus virtudes, firmada con letra dorada. Puede
haber una canasta con nueces, golosinas y chocolates. Un álbum de fotos o una
carpeta con dibujos que los niños han hecho siendo niños y que Papá Noel
encontró entre sus tesoros. Alguien puede regalar un breve concierto de piano o
una pieza tocada en flauta dulce. Otros pueden ofrecer cantar una canción o
enseñarla a grandes y pequeños y luego cantarla en canon todos juntos. Podemos
sacar los álbumes de familia y mirar fotos viejas durante horas, recordando qué
jóvenes éramos todos y los niños descubriendo a sus abuelos con cabello, a sus
padres siendo ridículamente niños y a novios y novias que quedaron en el
olvido. Hay familias donde quizás se atrevan a danzar una danza circular
alrededor de la mesa. En otros ámbitos será divertido ofrecer a los comensales
dos minutos de tiempo para pedir un deseo en voz alta, de modo que todos estemos
comprometidos y se haga realidad. Podemos jugar a que sean los niños quienes
sirven los platos y quienes nos dicen por una vez que tenemos que sentarnos
bien a la mesa y comer en silencio. Y desde ya, podemos hacer silencio. Pensar.
Meditar. Rezar. Ponernos las manos en el corazón. Darnos cuenta que estamos JUNTOS y que nos QUEREMOS"
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