EMBARAZO Y EMOCIONES

Un buen día te enteras de que estás embarazada y todo tu mundo cambia. Aún habiéndolo buscado con toda la ilusión, algo se rompe dentro de ti porque eres consciente de que tu vida nunca será igual, pues de algún modo tu identidad irá ligada para siempre al ser la madre de un bebe que aún no conoces pero que sospechas que será el centro de tu mundo. Personalmente, el día que el predictor se tiñó con dos rayas rosas me senté en el sillón y empecé a llorar desconsoladamente, mil sentimientos se mezclaron en mi interior y empezo para mí una gran aventura que aún continua. Lo que ocurre es que nadie te cuenta esto y mucho menos lo que sigue después: tu cuerpo cambia, las hormonas se revolucionan, te dan naúseas y pasas de hablar de ti a hablar de bebes, carritos, pañales y a recibir mil consejos que más que ayudarte te aturden.Y en este baúl de emociones en el que se sumerge la futura mamá siempre hay una pregunta que se repite ¿sentirme así será normal? La respuesta es que SÍ, es normal y necesario. La naturaleza nos da nueve meses para que nos preparemos para un cambio radical en nuestra vida, el problema es que nos hemos olvidado de trabajar en esos meses las emociones de la mamá y ¿por qué no? también del papá. Pero ¿por qué no apostar por el acompañamiento emocional en el embarazo, parto y puerperio?, ¿por qué no cambiar la filosofía de la preparación al parto (centrada en lo físico) para ocuparnos más de las emociones de la futura mama, de empoderarlas para cuando llegue el momento? Se trata de dar a la mamá las herramientas que tiene en su interior para afrontar la nueva vida que le espera. Una vida en la que, preparada desde el punto de vista emocional, será capaz de darle el mejor de los comienzos al que será sin duda un niñ@ feliz: su hij@.